La avena podría ser la semilla que más se utilice en esta primera etapa de recuperación de suelos, luego que los incendios atacaran los terrenos agrícolas en la Región del Biobío, así lo señalan los expertos y las autoridades en la materia, mientras que los dueños de tierras aún se encuentran en la incertidumbre, pues están enfocados en recuperarse en todo ámbito.

El doctor en Ingeniería de Montes, Eduardo Peña, profesor vicedecano de la Facultad de Ciencias Forestales de la Universidad de Concepción, expuso que “desde el 65 a 70%, del suelo no está esterilizado y muchas semillas sobreviven. Por lo tanto, con las primeras lluvias de otoño, si son de baja intensidad, estas semillas germinan y dan una buena protección al suelo”.

El problema se presenta donde el banco de semillas se destruyó, indicó el doctor Peña y agregó que “se puede, primero poner algún tipo de desechos como pasto, hojarasca y acicular de pino o lo árboles chipeados para evitar la erosión, al mismo tiempo se puede sembrar semilla de pasto y hasta avena, así la nuevas semillas germinan y protegen el suelo”.

El tratamiento de suelos en el caso de predios forestales y agrícolas es totalmente distinto, tal como mencionó Eduardo Peña, debido a que “la carga de combustible en el suelo agrícola es muy baja (3 a 5 toneladas por hectárea) comparado a 10 a 40 toneladas por hectárea para plantaciones y bosque nativo”, explicó.

“Los suelos agrícolas nunca se calientan tanto como para destruir la mayor parte del banco de semillas y no afecta mucho otras propiedades del suelo, de hecho en la zona agrícola se puede usar sin problemas en la siguiente temporada de cultivos”, especificó el vicedecano de la Facultad de Ciencias Forestales.

“Pero la zona forestal en 3 a 5 años ya hay una buena cobertura de vegetación, se recupera más rápido desde esta zona hacia el sur, más al norte la recuperación puede tomar más años, 7 a 12 años”, puntualizó Peña.

“Los frutales que se queman deben esperar entre 4 a 7 años para que la nueva plantación pueda ser productiva. Pero si sólo sufrió un calentamiento, sin perder el follaje, muchos de los frutales rebrotan y en un par de años pueden recuperar su producción”, expuso el doctor en Ingeniería de Montes.

Igualmente, la directora regional del Instituto Nacional de Desarrollo Agropecuario (INDAP), Fabiola Lara, comentó que “el manejo va a depender de la topografía del suelo, ya sean con pendientes o planos. En aquellos con pendiente, lo que se hace normalmente es limpiar y aplicar algún tipo de siembra al voleo con especies forrajeras, por ejemplo avena, ya que crecen rápidamente generando raíces que actúan reteniendo el suelo”. En el caso de suelos planos, Lara definió que “hay que tener presente que la ceniza aporta nutrientes, entonces es probable que cualquier vegetal que plantemos ahí se va a establecer con buenas condiciones, siendo lo ideal sembrar algún tipo de pradera. Eso es lo esencial y lo más rápido, pero también hay que pensar en recuperar la materia orgánica (microorganismos como hongos, bacterias y gusanos) que cumple un rol importante, para potenciar eso se aplica guano o abonos orgánicos que ayudan a este proceso”.

En cuanto a las ayudas que está entregado INDAP, la directora regional del organismo señaló que “contamos con distintos programas para apoyar a las y los agricultores, principalmente de fomento, crédito y asesoría técnica, siendo este último muy importante para enseñar y orientar a nuestros usuarios sobre prácticas que les permitan recuperar sus suelos”.

En su visita el pasado jueves a la Región, el Ministro de Agricultura, Esteban Valenzuela, señaló que “en la zona habían muchos agricultores que tenían frutales y con ellos se va trabajando técnicamente, si quieren seguir con frutales o quienes quieran transformar en pastura. Escuchamos mucho que decían que antes tenían mucho eucalipto y ahora no quieren, ahora van a tener frutales y hay muchas personas que quieren más silvopastoreo o agroforestales más diversos. Ahí no se impone, sino que se trabaja con los actores”.

Agricultores

Hayde Salas, es agricultora de Santa Juana, tenía eucaliptus en su terreno y mencionó que en su caso la solución aún está por verse. “Por el momento están limpiando sacando la madera, también lo que van a hacer es una siembra me parece de pradera. Es largo el proceso primero hay que limpiar después sembrarlo encima, hay que esperar que llueva primero y si no llueve no se puede hacer nada, puede ser en junio o julio, hay que esperar no más”, declaró Salas.

En tanto, el agriculto Carlos Bizama de Santa Juana, también detalló que estos momentos su mayor preocupación es que se levante su viviendas. “Se trabaja con abono, fertilizante no más. Yo plantaba de todo hortalizas, teníamos papas, con la cooperativa de Santa Juana tenemos que ver, pero no tenemos mucha información. Teníamos hasta una plantación de olivos y las paltas también se estaban dando bonitas, perdimos todo que teníamos para el riego también. Hay que plantar con pasto”, dijo Bizama.