Los profesores y alumnos de la Facultad de Ciencias Forestales han monitoreado  la zona quemada por los incendios del sector Quillón-Ranquil para evaluar la recuperación post-incendio de la vegetación, además de conocer sus estrategias de resistencia y evasión al fuego.

La recuperación de la vegetación previa a las lluvias intensas de otoño e invierno es un factor fundamental para determinar la severidad de la erosión post-incendio, a mayor cobertura de pastos y desechos, mejor protección contra la lluvia. Es así como, la precipitación intermitente, de baja intensidad, pero frecuente del mes de marzo ha sido favorable para la recuperación.

El monitoreo realizado durante enero, febrero y marzo indican que a 15 días de controlado el incendio, apareció el rebrote de las primeras plantas, la mayoría de ellas son introducidas como Zarzamora (rubus ulmifolius), Rosa Mosqueta (Rosa rubiginosa) y Galega (Galega oficinales); sólo el Maqui (Aristotelia chilensis) es la única nativa observada en la primera etapa.

A los 2,5  meses posteriores al incendio, se observaron varias especies nativas con rebrote de hasta 50 cm de altura o más, entre ellos, el Litre (lithraea caustica), Madroño (Escallonia pulverulenta), Peumo (Cryptocaria alba), Boldo (Peumus boldus), Corcolen (Azara integrifolia), Bollen (kageneckia oblonga), Huingan (Schinus polygamus), Cóguil (Lardizabala biternata), Culen (Psoralea glandulosa) y Quilo (Muehlenbeckia hastulata). Estos datos indican que la severidad del daño en el suelo fue de baja magnitud porque el incendio pasó muy rápido, liberando la energía hacia la atmosfera, sin dejar un mayor daño al suelo y las zonas de reserva de las plantas, lo que facilitó su regeneración.

En los análisis de terreno, también se confirmó la capacidad de resistencia y persistencia de las plantas en el sitio; la corteza es un muy buen protector del daño por fuego, pues se carboniza y quema en forma superficial sin dañar la madera.

Según el académico, Dr. Eduardo Peña, lo más preocupante que se ha detectado en la evaluación es que la especies introducidas tal como Eucalyptus globulus,  Retamilla (Teline monspessulana), Aromo amarillo (Acacia dealbata) y Aromo extranjero (Acacia melanoxylon)están rebrotando profusamente.  Además, los aromos, muestran regeneración por semillas lo que incrementará la densidad de individuos en desmedro de la presencia de especies nativas que germinan meses más tarde.

Sin duda que la presencia post-incendio de vegetación nativa e introducida, es muy importante para la protección del suelo contra la erosión, pero las especies introducidas son una amenaza potencial para el bosque nativo que se quemó, especialmente aquel que está rodeado por plantaciones afectadas por el fuego donde los pinos aún están en pie. La regeneración invadirá la vegetación nativa aledaña afectando su establecimiento y diversidad natural, es por eso que se requiere prestar especial atención a este daño potencial, el cual sería necesario controlar o mitigar su impacto si ocurre como se plantea en este análisis.

 

 

A raíz de este tema, se publicaron dos noticias en medios de comunicación.

Publicación en Diario Concepción.

 

 

Publicación en TVU.


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